La capacidad local para la producción de medicamentos y otros insumos para la salud es uno de los componentes estratégicos para fortalecer la seguridad y soberanía nacional además de reactivar la economía.
Entre las múltiples enseñanzas que la aguda crisis sanitaria, social, económica, y en algunos casos política, ha ocasionado la pandemia de COVID-19 y de la que aún no vemos el final, está la fragilidad que tienen nuestros sistemas sanitarios, así como las cadenas productivas locales y globales de insumos para la salud.
La pandemia nos ha demostrado, la enorme importancia de contar con infraestructuras productivas nacionales, las que, a pesar de la interdependencia característica de una economía globalizada, tengan la capacidad industrial instalada y la fuerza laboral necesaria para satisfacer la demanda interna del país en el que se encuentran.
Atendiendo a ello, la Organización Mundial de la Salud, organizó el primer Foro Mundial de Producción Local de la OMS, en el que los delegados de más de 100 países, socios internacionales, grupos de la sociedad civil, asociaciones industriales y grandes inversores, la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), sumaron talentos y experiencias, para analizar y debatir los elementos clave necesarios para impulsar la producción local, sostenible y de calidad, lo que idealmente permitirá mejorar el acceso a medicamentos y otras tecnologías sanitarias, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos, los que generalmente adolecen de ellas.
“Delegados de más de 100 países, socios internacionales, grupos de la sociedad civil, asociaciones industriales e inversores importantes se unieron a la OMS, la OMC, la ONUDI, el UNICEF y la UNCTAD para destacar los desafíos que enfrenta la producción local y los pasos necesarios para abordarlos, así como la gama de oportunidades para el sector”. OMS
El Foro de Producción buscará establecerse como un mecanismo de largo plazo para promover el diálogo y la toma de decisiones que fortalezcan la capacidad de fabricación local y avancen hacia el objetivo compartido del acceso universal a las tecnologías de la salud. En este primer Foro, concluyeron:
- Aumentar la capacidad de fabricación para la seguridad global: la pandemia de COVID-19 ha destacado la importancia de considerar a la fabricación local, para reducir la dependencia a mercados globales y productos importados, como un elemento clave para la respuesta a las crisis sanitarias.
- Desarrollar la producción de vacunas en países de ingresos bajos y medios. Considerando la situación actual, el tema de las vacunas fue un tópico central dentro del Foro, así como las nuevas tecnologías y la generación de estrategias de fabricación flexibles que permitan desarrollar la capacidad de producción sostenida de vacunas en los países de ingresos bajos y medianos.
- Permitir la transferencia de tecnología y la concesión de licencias. Para aumentar la producción, en el Foro consideraron fundamental compartir la propiedad intelectual y los conocimientos técnicos: crear un entorno favorable para la transferencia de tecnología, buena gobernanza, fuerza laboral calificada, buen acceso a la información del mercado y evaluación cuidadosa de las capacidades locales para recibir y absorber la tecnología transferida.
- El papel de los gobiernos es clave en la creación de un entorno político propicio y un ecosistema empresarial de apoyo. Estos esfuerzos deben coordinarse con las partes interesadas pertinentes a nivel nacional, regional y mundial.
- Impulsar una producción local que cumpla con la calidad y agilice el acceso. Los reguladores nacionales, así como los fabricantes deben impulsar que la producción local cumpla con la calidad internacional y a la vez que facilite un acceso más rápido a las tecnologías sanitarias, no solo durante las pandemias, sino más allá. Para lo cual, necesitarán formación, apoyo y recursos continuos.
- Invertir en el sector. El escaso acceso al capital es un factor limitante clave para los fabricantes locales en los países de ingresos bajos y medios. Es importante que los principales bancos de desarrollo y demás instituciones financieras inviertan en el sector, mientras que la necesidad de desarrollar casos de inversión sólidos, incluida la demostración de un caso de negocio económicamente viable a largo plazo, se destacó como componentes clave del éxito. proyectos de fabricación.
Finalmente, se en el Foro se discutió la necesidad de establecer un mecanismo para estimular la participación de la industria que permita fortalecer la colaboración con y entre los órganos de la industria, con el objetivo de transferir tecnologías prioritarias a los países de ingresos bajos y medianos.
Si bien, en México se ha logrado implementar modelos como la transferencia de tecnología para la fabricación de vacuna contra la COVID-19, es importante destacar que el fortalecimiento de la industria farmacéutica solo se logrará a través de la implementación de una política pública, sanitaria e industrial, que tenga este objetivo y que incorpore la visión y participación de todos los agentes involucrados.
Finalmente, en el contexto actual, sería impensable soslayar la importancia que tiene en nuestro país la planta industrial del sector farmacéutico que, gracias a su infraestructura, calidad y experiencia, es considerada como la más importante de Latinoamérica.
Fortalezas de la Industria Farmacéutica establecida en México.
- Cuenta con una planta productiva moderna, robusta y consolidada, integrada por 250 empresas (nacionales y multinacionales) productoras de medicamentos, y 243 empresas de dispositivos médicos (COFEPRIS / INEGI).
- Utilizando el 70% de su capacidad instalada, la Industria Farmacéutica en México produjo en 2020, más de 5 mil 700 millones de piezas.
- Los costos de producción, los que se han venido optimizando desde 2013, representan, hoy día, el 20% de manera acumulada. (INEGI).
- El personal ocupado por la Industria Farmacéutica, cuya plantilla no ha sufrido detrimento alguno, creció en 2020 el 2.74%; y de enero a marzo del 2021 el 2.83%. (Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM / INEGI).
- El sector de investigación y producción farmacéutica de nuestro país emplea de manera directa a más de 100 mil personas, e indirectamente a cerca de 500 mil. (INEGI y III Compendio Estadístico CANIFARMA)
- Cerca del 70% de las 165 empresas representadas por la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), tienen, cuando menos, una planta industrial instalada en México. (III Compendio Estadístico CANIFARMA).
- De los 259 sectores que conforman la economía mexicana, la Industria Farmacéutica requiere insumos de 161 sectores y, complementariamente, 163 sectores dependen para realizar su actividad económica, la desarrollada por este sector. (Fuente: Matriz Insumo-producto, INEGI).
- La Industria Farmacéutica en México es socialmente responsable y funcionalmente ética, siendo pionera al establecer, en 2005, el Consejo de Ética y Transparencia de la Industria Farmacéutica (CETIFARMA), cuyos estrictos códigos de autorregulación impulsan y fortalecen la cultura de integridad y transparencia.
Finalmente, señalamos que la industria farmacéutica de México, cuenta con la capacidad, experiencia y calidad necesarias para participar en protocolos internacionales de investigación clínica, ayudando a detonar el potencial que nuestro país tiene para integrarse al flujo investigativo mundial, lo que, además de atraer importantes inversiones económicas, e incrementar la experiencia, y la transferencia de conocimientos de primer nivel a los científicos mexicanos, daría la oportunidad a múltiples pacientes, de participar y beneficiarse con nuevos fármacos.