En 2019, restablecieron algunas funciones cerebrales de un porcino fallecido 4 horas antes.
Más allá de la disponibilidad de órganos aptos para la realización de trasplantes en humanos, la que es necesario acotar que siempre está en números rojos a nivel global, hay, además, un número indeterminado de éstos que simple y llanamente pierden su capacidad utilitaria, ya sea porque transcurrió un lapso demasiado largo desde la muerte del donador potencial y la extracción del órgano, o como consecuencia de las fallas de almacenamiento, transporte y conservación antes de que los cirujanos tengan oportunidad de utilizarlo, o la suma de todas ellas.
Hasta 2019, cuando un grupo de neurocientíficos y médicos la Universidad de Yale, EE. UU., consiguieron restaurar parcialmente la actividad cerebral de un cerdo fallecido 4 horas antes, utilizando la tecnología BrainEx3 desarrollada por ellos mismos, nadie consideraba posible que después de un lapso tan prolongado, ningún órgano “muerto”, particularmente el cerebro, pudiera recuperar o preservar algún tipo de la actividad que tenía antes de haber entrado en isquemia prolongada.
Tres años después, el mismo equipo de investigadores ha conseguido superar su hazaña previa, consiguiendo que varios órganos vitales de múltiples porcinos muertos una hora antes, recuperaran sus funciones.
Para ello adaptaron el sistema de perfusión pulsátil extracorpórea BrainEx (usado en el procedimiento de 2019), ahora bautizado OrganEx, con el que alcanzaron una perfusión citoprotectora para configuraciones de cuerpo entero porcino, logrando que a pesar de haber transcurrido una hora desde la muerte, en isquemia caliente (tiempo que pasa desde la interrupción de la circulación del órgano donado hasta el momento en que es perfundido con la solución hipotérmica de preservación), se conservara la integridad del tejido, se redujera sustancialmente la muerte celular, y se recuperaran procesos moleculares y celulares en múltiples órganos vitales.
“No todas las células mueren de inmediato, hay una serie de eventos que se toman su tiempo. Es un proceso en el que se puede intervenir, detener y restaurar alguna función celular. Básicamente, nuestros hallazgos destacan una capacidad antes soslayada que tiene el cuerpo de los grandes mamíferos para recuperarse después del cese del flujo sanguíneo, lo que podría usarse para aumentar la disponibilidad de órganos para trasplantes o tratar la insuficiencia orgánica localizada”. David Andrijevic, coautor de los experimentos, y neurocientífico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
Para la realización del estudio, los investigadores dividieron a los cerdos sacrificados en tres grupos: el primero fue conectado al sistema de soporte vital de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés), el mismo que se utiliza en casos graves en los que el corazón y los pulmones dejan de funcionar, como ocurre en cirugías a pacientes en estado crítico. El siguiente conglomerado fue conectado al nuevo sistema OrganEx, y al tercer grupo se le dejó sin soporte alguno, a modo de control.
Los cuerpos de los cerdos conectados al sistema OrganEx fueron perfundidos durante seis horas con un fluido celular sintético desarrollado por el mismo equipo científico, el que incluye en su formulación, una base de hemoglobina (proteína que transporta el oxígeno) modificada, varios elementos que promueven la salud de las células, acotan la muerte celular, y reducen la inflamación orgánica. El grupo conectado al ECMO, fue perfundido con la fórmula estándar utilizada para ello.
“Nuestro objetivo era restaurar la funcionalidad de algunos órganos, por lo que aún se necesitan estudios adicionales para comprender las funciones motoras aparentemente restauradas en los animales. Debemos mantener una supervisión cuidadosa de futuras investigaciones, en particular cualquiera que incluya la perfusión del cerebro”. Stephen Latham, coautor del estudio, y director del Centro Interdisciplinario de Bioética de Yale.
Después de transcurridas seis horas desde el inicio de ambos procedimientos, los investigadores constataron que varios órganos vitales como el corazón, los pulmones, el páncreas, el hígado, los riñones y el cerebro del grupo de porcinos conectados a OrganEx, preservaban múltiples funciones celulares claves, pudiendo incluso restaurar la circulación en todo el cuerpo, y conseguir un consumo estable de oxígeno, lo que no ocurrió con los sujetos de estudio tratados con el ECMO.
Las aplicaciones inmediatas de este logro aún son parcialmente inciertas, pero el éxito alcanzado demuestra que es posible preservar e incluso restablecer las funciones vitales de diversos órganos con este procedimiento, aún después de haber sido declarada la muerte del sujeto, lo que permitiría potencialmente su posterior uso.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Nature. (3 de agosto del 2022).
Cellular recovery after prolonged warm ischaemia of the whole body.
National Library of Medicine. (Abril de 2019).
Restoration of brain circulation and cellular functions hours post-mortem.
Yale School of Medicine. Neuroscience. Sestan Lab. (s.f.).
Publications.
códigoF. (30 de octubre del 2018).
Un estudio determina las razones por las que en México tenemos un bajo índice de donación de órganos.
códigoF. (20 de febrero de 2019).
Reacondicionando hígados descartados para trasplantes humanos.