La persistente brecha en la desatención de los padecimientos mentales, agravada aún más por la pandemia de COVID-19, se ha transformado en una crisis global de altas proporciones, que no debe ser ignorada por más tiempo.

Aunque las cifras globales muestran que aproximadamente  casi mil millones de personas viven con un trastorno mental, y que 1 de cada 100 fallecimientos de adolescentes ocurre por suicidio, posicionándolo como una de las principales causas de muerte en este segmento etario, la gran mayoría de los gobiernos invierten, en promedio, solo el 2% de sus presupuestos sanitarios para la atención de la salud mental de sus poblaciones, monto que cae dramáticamente hasta el 1% en los países de ingresos bajos y medios, porcentajes tan bajos que no es necesario aclarar, salvo para ser enfáticos, que son totalmente insuficientes para ofrecer una atención amplia, oportuna y de calidad para un problema de salud tan grave.

Estas cifras muestran con crudeza el grave problema que guarda la desatención de la salud mental a nivel global, claramente reflejados en el nuevo Informe Mundial de Salud Mental de la OMS: “Transformando la Salud Mental para Todos”, primero en publicarse en más de 20 años, y que entre otros objetivos busca capitalizar el reconocimiento sobre la importancia de la salud mental, particularmente afectada durante el transcurso de la pandemia, y cuya vigilancia se ha visto deteriorada por la cancelación (parcial o total) de los servicios de atención primaria, diagnóstico, tratamiento, acceso a medicamentos, y vigilancia médica, profundizando la pobre calidad preexistente, lo que incrementó la prevalencia de la ansiedad y la depresión más de un 25%.

Para poner en contexto su importancia, les comentamos que la OMS publicó el primer informe mundial sobre la salud mental en 2001, y un plan de acción integral de salud mental en 2013, por lo que este dossier representa un noble esfuerzo de la Organización para impulsar acciones mundiales que mejoren sustancialmente, y en el menor tiempo posible, la atención de las personas que padecen algún trastorno mental.

Una de las características más relevantes, distintivas y valiosas del Informe “Transformando la Salud Mental”, es dar voz a diversas personas que viven con una enfermedad mental, y que nos comparten valientemente sus testimonios sobre las formas en las que han tenido que afrontar sus padecimientos y vencer los obstáculos, proponiendo los cambios que consideran necesarios para mejorar sustancialmente la atención de los pacientes con afecciones mentales, como ellos.

Entre otras voces, destaca la sudafricana Charlene Sunkel, diagnosticada con esquizofrenia, y la que a pesar de los efectos adversos periódicos de su tratamiento, es fundadora y directora ejecutiva de Global Mental Health Peer Network, una organización de personas que viven con trastornos de salud mental, y que comparten sus experiencias, abogando por otras personas con afecciones mentales.

“Un sistema de salud mental ideal no tiene un hospital psiquiátrico; existen suficientes opciones para abordar una variedad de necesidades”. Mark van Ommeren, jefe de la unidad de salud mental en el Departamento de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OMS.

Algunos datos importantes acerca de este problema de salud.

  • Durante el primer año de la pandemia de COVID-19, la prevalencia de la ansiedad y la depresión aumentó más de un 25 %;
  • La salud mental es fluida; se modifica durante la vida de las personas, en la medida en que se ven enfrentadas a situaciones cambiantes y factores estresantes;
  • Los países más gravemente afectados por la COVID-19, también mostraron los mayores aumentos en los trastornos depresivos y de ansiedad;
  • Aproximadamente 1 de cada 8 personas en todo el mundo (casi mil millones) vive con un trastorno de salud mental;
  • El suicidio es la causa de 1 de cada 100 decesos, siendo uno de los principales motivos de muerte en adolescentes;
  • Cada 40 segundos muere por suicidio un ser humano;
  • En promedio, los gobiernos gastan solo el 2% de sus presupuestos de salud en la atención de la salud mental, y los países de ingresos bajos y medios solo el 1 %;
  • Aproximadamente la mitad de la población mundial vive en países que cuentan con 1 psiquiatra por cada 200 mil o más personas;
  • Los especialistas en salud mental de niños y adolescentes en muchos países de bajos y medianos ingresos son “casi inexistentes”;
  • La mayoría de las personas que viven con enfermedades mentales no reciben ningún tipo de atención;
  • El 71% de las personas con psicosis no recibe tratamiento;
  • En muchos países de ingresos bajos y medianos, los medicamentos psicotrópicos esenciales, a menudo no están disponibles, o no son asequibles;
  • Las enfermedades mentales son una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, lo que supone un costo humano y económico inadmisible;
  • El Foro Económico Mundial determinó que las condiciones de salud mental costaron $2.5 billones de USD en 2010, estimando que los costos aumentarán a $6 billones USD para 2030;
  • Muchas personas que tienen algún padecimiento mental sufren violaciones de sus derechos humanos, enfrentan discriminación, son excluidos de la vida y el trabajo comunitario, son víctimas de abusos físicos, emocionales o sexuales, se les niega el derecho a la alimentación y la vivienda, y en algunos países, incluso, se les prohíbe votar o casarse;
  • La atención en muchos países de las personas que sufren una enfermedad mental, se concentra en hospitales psiquiátricos de estancia a largo plazo, en los que los internos suelen ser retenidos en contra de su voluntad, experimentando hacinamiento, condiciones insalubres, violencia, o alimentación inadecuada;
  • Solamente 1 de cada 4 países miembro de la OMS incluía a la salud mental como parte de la atención primaria, y menos de 1 de cada 5 tenía planes de concientización sobre salud mental, o prevención del estigma;
  • La salud mental es un denominador común en todos los aspectos de la existencia y un requisito previo para el bienestar general y la calidad de vida;
  • La rehabilitación psicosocial, las instalaciones de vivienda con ayudas a pequeña escala, y la ayuda financiera, son indispensable para aquellos que necesitan apoyos adicionales para reintegrarse con éxito a sus comunidades;
  • Se requieren enfoques innovadores para capacitar a los médicos de atención primaria en salud mental, incrementando sustancialmente el número de especialistas, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos;
  • Todos los esfuerzos para diseñar, implementar y supervisar la atención de la salud mental, deben incluir la participación significativa y respetuosa de las personas que han vivido experiencias, o viven con enfermedades mentales;
  • La inversión en la salud mental tiene una de las mejores tasas de retorno financiero del ámbito sanitario. Se calcula que por cada dólar invertido en la ampliación de los servicios de atención de los trastornos mentales más frecuentes, como la depresión y la ansiedad, tiene un rendimiento de 5 dólares, en mejoras de salud y productividad.

“No somos voces mudas; reclamamos nuestro derecho a hablar, compartir nuestras realidades y contribuir a mejorar la atención de la salud mental para todos”. Charlene Sunkel, paciente diagnosticada con esquizofrenia, fundadora y directora ejecutiva de Global Mental Health Peer Network.

Entrevistado al respecto, Mark van Ommeren, jefe de la unidad de salud mental en el Departamento de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OMS, declaró: “El interés en la salud mental es más alto que nunca debido a la COVID-19. Profundizando en ello, Vikram Patel, Profesor Pershing Square de Salud Global en la Facultad de Medicina de Harvard, comentó: “La pandemia ha puesto en primer plano la importancia de la salud mental de la población. Hay mucha voluntad política y demanda de la sociedad civil”. Debemos aprovechar esta circunstancia negativa, y transformarla en acciones positivas y trascendentes en beneficio de las personas con afecciones mentales, y de la humanidad.

Visión de conjunto

La salud mental es de vital importancia para todos, en todas partes. En todo el mundo, las necesidades en materia de salud mental son considerables, pero las respuestas son insuficientes e inadecuadas. El presente informe mundial sobre salud mental se ha concebido para inspirar y fundamentar una mejor salud mental para todos. Al basarse en los datos disponibles más recientes, mostrar ejemplos de buenas prácticas en todo el mundo y expresar la experiencia directa de las personas, el Informe pone de relieve por qué y dónde es más necesario el cambio y cuál es la mejor manera de lograrlo. En el Informe se exhorta a todas las partes interesadas a que colaboren en la revalorización de la salud mental y en el compromiso asumido con esta, en la reorganización de los entornos que influyen en la salud mental y en el fortalecimiento de los sistemas de atención de salud mental.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

JAMA Network. (17 de junio del 2022).
WHO: Pandemic Sparked a Push for Global Mental Health Transformation.

World Health Organization. (16 de junio del 2022).
World mental health report: transforming mental health for all.

códigoF. (16 de septiembre del 2020).
La atención de la salud mental es uno de los grandes pendientes de la humanidad.

códigoF. (8 de enero del 2020).
La salud mental en adolescentes y jóvenes, un tema sanitario cuya atención debe priorizarse | Leading Minds for Children and Young People conference 2019.